Fíjese en cualquier calle comercial y verá en acción la filosofía de puertas abiertas. A los comerciantes les gusta dejar las puertas abiertas porque creen que una entrada abierta y sin barreras aumenta las posibilidades de que los clientes se sientan atraídos a entrar. Pero lo que una tienda pueda ganar en ventas gracias a una puerta abierta, también tendrá su coste en energía: las tiendas tienen que consumir más energía para mantener una temperatura agradable, y esa energía se pierde constantemente por las puertas abiertas.
En un estudio reciente realizado por encargo del Ministerio de Economía de los Países Bajos se investigó el ahorro energético y económico del que los comercios pueden beneficiarse con la instalación de puertas automáticas, y si estas influyen de algún modo en el comportamiento de los clientes. Se eligió una farmacia de Ámsterdam como lugar del estudio, y se analizó el consumo de energía primero con una puerta manual convencional y después con una puerta automática con cortina de aire.
El estudio evaluó el consumo de energía mediante los contadores fijos de gas y luz de la empresa suministradora y varios contadores provisionales. Tras instalar la puerta automática nueva se constató que el consumo de energía para calefacción se había reducido aproximadamente un 43 %. ¿Por qué? Porque la puerta automática solo se abre cuando es necesario, la cortina de aire evita que entre aire no deseado, y características como el cristal aislante y los sellos herméticos hacen que esta puerta corredera tenga una eficiencia energética muy elevada.
Durante el estudio no se observó ningún efecto en el comportamiento de los clientes. No se demostró que el número de visitantes fuera considerablemente más bajo con la entrada automática nueva, y las ventas no se vieron afectadas. Además, el nuevo sistema de acceso tuvo buena acogida tanto entre los clientes como entre el personal, y la experiencia de compra y el ambiente de trabajo mejoró enormemente por la reducción de los gases de escape, las corrientes de aire y el ruido de la calle.
El estudio destaca satisfactoriamente las ventajas de las que los minoristas pueden disfrutar gracias a una puerta automática: la posibilidad de reducir el consumo energético y ahorrar dinero sin perder ni un solo cliente. Puede que vaya siendo hora de que la filosofía de la puerta corredera sustituya a la de puertas abiertas.
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